Ramón, Pepa y Blanca...
Desde que la humanidad comenzó a ser civilizada, el reconocimiento de los objetos tomó un papel crucial en el rumbo de la historia. Durante siglos, el mundo de los hombres se forjó en base a la clasificación y denominación de las cosas. Los números tomaron su cariz abstracto, los diccionarios comenzaron a diferenciar a un perro de un florero y lentamente se fueron separando las cosas para evitar las confusiones.
Luego surgió un problema. Las palabras de uso común eran conocidas por todos y los conjuntos de personas, en un intento de diferenciarse de los demás, comenzaron a crear un vasto y frondoso glosario de sinónimos que utilizaban en sus círculos íntimos, pero que a lo largo del tiempo trascendieron las fronteras del grupo.
Las drogas no escaparon a esta norma de la condición humana y, es más, crearon las más diversas formas para evadir a la autoridad de turno, sean padres, profesores o la temida policía.
De ahí vienen las obsoletas denominaciones de manejo público que evocan al “faso”, no en el sentido que se utilizaba en los setentas para los cigarrillos, sino en el sentido actual del cigarrillo de marihuana.
Otras denominaciones frecuentes que se le atribuyen a los diversos usos de las variedades de la cannabácea Cannabis indica (Cáñamo de la India) o Cannabis Sativa (Cáñamo Cultivado) son:
–Caño, Canuto, debido a su forma y a su origen del cáñamo,
–Chala, en referencia al método de armado utilizando el recubrimiento del choclo,
–Churro, se utiliza en el norte de Perú, debido a la forma y el modo de empleo (colocarlo en la boca). En Argentina se utiliza la derivación fonética Churrasco.
–Cuete, por su similitud a los cohetes espaciales blancos, cilíndricos y puntiagudos,
–Faso, véase mas arriba
–Fascículo, Faisán, dado el parecido fonético con la palabra “faso”,
–Fino, cuando la cantidad de marihuana escasea y el cigarrillo debe ajustar su tamaño,
–Hierba, expresión naif utilizada en los doblajes cinematográficos,
–Lechuga, cuando la potencia del producto no es de gran efecto,
–Maconia, nombre que le dan al producto en Brasil,
–María, extranjerismo, mote para la planta en España,
–Nevado, Pecoso, cigarrillo de marihuana espolvoreado con cocaína,
–Petardo, por su forma parecida a un artefacto pirotécnico y la forma en que se le da mecha para que exploten los ojos,
–Porro, casi familiar por su utilización (del término), se denomina al cigarrillo de marihuana,
–Rama, Ramón y Ramiro, asociados a la parte de la planta de donde se extraen los capullos para el consumo,
–Tuca, porción de cigarrillo que queda al terminarlo. Algunos la guardan y otros prefieren tirarla en una especie de acto ritual,
–Vela, Velón, dado que, armado en papel para cigarrillos, su aspecto blanco y con la flama en la punta recuerda al artefacto de iluminación,
–Verde, expresión poética nostálgica,
El clorhidrato de cocaína, extraída de la planta de coca tan común en la región andina desde Colombia hasta nuestro noroeste, también posee un amplio espectro de denominaciones menos poéticas pero más concisas.
–Blanca, en alusión obvia de su color,
–Cameruza, utilizado en diversos tangos y de poco uso entre los más jóvenes,
–Coca, nombre genérico,
–Corto, dosis básica del producto en poca cantidad,
–Falopa, genérico de todas las drogas pero mayormente asociada a la cocaína,
–Lagarto, dosis abundante del producto
–Merca, algunos atribuyen esta denominación a los laboratorios farmacéuticos que comparten las cuatro primeras letras de la palabra, otros, a mercancía,
–Tiro, Saque, Toque, ídem corto.
Otras drogas poseen variadas formas de llamarlas, tal es el caso del ácido lisérgico o LSD, que también es evocado como, Tripa, Tripi (término de Brasil), Pepa y sus variedades, como la Bicicleta o los Simpsons. Asimismo, los comprimidos son llamados “Pastas” o “Bolas”.
Desde que la humanidad comenzó a ser civilizada, el reconocimiento de los objetos tomó un papel crucial en el rumbo de la historia. Durante siglos, el mundo de los hombres se forjó en base a la clasificación y denominación de las cosas. Los números tomaron su cariz abstracto, los diccionarios comenzaron a diferenciar a un perro de un florero y lentamente se fueron separando las cosas para evitar las confusiones.
Luego surgió un problema. Las palabras de uso común eran conocidas por todos y los conjuntos de personas, en un intento de diferenciarse de los demás, comenzaron a crear un vasto y frondoso glosario de sinónimos que utilizaban en sus círculos íntimos, pero que a lo largo del tiempo trascendieron las fronteras del grupo.
Las drogas no escaparon a esta norma de la condición humana y, es más, crearon las más diversas formas para evadir a la autoridad de turno, sean padres, profesores o la temida policía.
De ahí vienen las obsoletas denominaciones de manejo público que evocan al “faso”, no en el sentido que se utilizaba en los setentas para los cigarrillos, sino en el sentido actual del cigarrillo de marihuana.
Otras denominaciones frecuentes que se le atribuyen a los diversos usos de las variedades de la cannabácea Cannabis indica (Cáñamo de la India) o Cannabis Sativa (Cáñamo Cultivado) son:
–Caño, Canuto, debido a su forma y a su origen del cáñamo,
–Chala, en referencia al método de armado utilizando el recubrimiento del choclo,
–Churro, se utiliza en el norte de Perú, debido a la forma y el modo de empleo (colocarlo en la boca). En Argentina se utiliza la derivación fonética Churrasco.
–Cuete, por su similitud a los cohetes espaciales blancos, cilíndricos y puntiagudos,
–Faso, véase mas arriba
–Fascículo, Faisán, dado el parecido fonético con la palabra “faso”,
–Fino, cuando la cantidad de marihuana escasea y el cigarrillo debe ajustar su tamaño,
–Hierba, expresión naif utilizada en los doblajes cinematográficos,
–Lechuga, cuando la potencia del producto no es de gran efecto,
–Maconia, nombre que le dan al producto en Brasil,
–María, extranjerismo, mote para la planta en España,
–Nevado, Pecoso, cigarrillo de marihuana espolvoreado con cocaína,
–Petardo, por su forma parecida a un artefacto pirotécnico y la forma en que se le da mecha para que exploten los ojos,
–Porro, casi familiar por su utilización (del término), se denomina al cigarrillo de marihuana,
–Rama, Ramón y Ramiro, asociados a la parte de la planta de donde se extraen los capullos para el consumo,
–Tuca, porción de cigarrillo que queda al terminarlo. Algunos la guardan y otros prefieren tirarla en una especie de acto ritual,
–Vela, Velón, dado que, armado en papel para cigarrillos, su aspecto blanco y con la flama en la punta recuerda al artefacto de iluminación,
–Verde, expresión poética nostálgica,
El clorhidrato de cocaína, extraída de la planta de coca tan común en la región andina desde Colombia hasta nuestro noroeste, también posee un amplio espectro de denominaciones menos poéticas pero más concisas.
–Blanca, en alusión obvia de su color,
–Cameruza, utilizado en diversos tangos y de poco uso entre los más jóvenes,
–Coca, nombre genérico,
–Corto, dosis básica del producto en poca cantidad,
–Falopa, genérico de todas las drogas pero mayormente asociada a la cocaína,
–Lagarto, dosis abundante del producto
–Merca, algunos atribuyen esta denominación a los laboratorios farmacéuticos que comparten las cuatro primeras letras de la palabra, otros, a mercancía,
–Tiro, Saque, Toque, ídem corto.
Otras drogas poseen variadas formas de llamarlas, tal es el caso del ácido lisérgico o LSD, que también es evocado como, Tripa, Tripi (término de Brasil), Pepa y sus variedades, como la Bicicleta o los Simpsons. Asimismo, los comprimidos son llamados “Pastas” o “Bolas”.